Más comúnmente conocida como ajada, se trata del aderezo estrella en la cocina gallega. Está presente en Galicia desde tiempos inmemoriales, ya que potencia los sabores de cualquier buen producto sin enmascararlo. Pero lo más curioso es que originalmente viene de la zona de Extremadura, conocida por su pimentón, que fue llevado por los trashumantes hacia las montañas del norte. Éste sofrito no es único de Galicia, sino que también se utiliza enormemente en las regiones leonesas de León, Zamora y Salamanca. No obstante, a Galicia ha llegado para quedarse.
Además, es un “truco fácil” que siempre funciona cuando no tenemos tiempo o ganas de cocinar, pero no queremos renunciar al sabor. Se suele preparar para acompañar a diferentes tipos de platos: por una parte, para darles más sabor a platos de pescados cocidos, como merluza o rape; por otra parte para acompañar a carnes de ternera o pollo cocidas, o, finalmente, para acompañar a verduras. Su éxito radica de la sencillez en la elaboración y la calidad de sus ingredientes.
Hay elaboraciones de ajada que incluyen vinagre, caldo, laurel… cada uno puede procurar mejorar esta elaboración para que combine a la perfección con el plato que vaya a acompañar. No obstante, los tres elementos que no pueden faltar son: un buen aceite, ajo y pimentón. Esto es más que suficiente para ensalzar nuestra elaboración.
Para ello, los ingredientes que debemos utilizar son:
- Un buen chorro de AOVE
- 5 dientes de ajo
- 1 cucharada sopera de pimentón*
* No está estipulado que tenga que ser picante o dulce, por lo que dejamos que elijáis el sabor que más os guste según la ocasión. No obstante, para conseguir el mejor resultado recomendamos utilizar Pimentón de la Vera, condimento genuinamente artesanal y único en su género, y que además tiene multitud de beneficios para la salud.
Método de preparación:
- Pela todos los ajos, dejando dos enteros y los otros tres córtalos en láminas (no demasiado finas para que no se queme).
- Pon el aceite de oliva en un cazo a fuego lento y añade los ajos laminados. Cocina hasta que estén dorados, entonces retíralos. Puedes ponerlos sobre papel de cocina absorbente y guardarlos para después acompañar el plato al que vaya destinado la ajada.
- Incorpora entonces los dos dientes de ajo restantes retirando ya el cazo del fuego y agrega el pimentón.
- Se hace ya fuera del fuego, el calor del propio aceite es suficiente para abrir el pimentón y que proporcione todo su aroma y sabor. Si se calienta demasiado el pimentón se quemará y amargará cualquier plato.
Como podéis comprobar, no hace falta ser un gran experto para elaborar nuestra ajada, pero sí dedicar tiempo en elegir los ingredientes perfectos para que acompañe cualquiera de nuestros platos favoritos.
Si aún así prefieres comprarlo, hay varias posibilidades de hacerlo online, puesto que no es habitual verla en los supermercados. La marca Los Peperetes o Salsa A’Galega son un acierto seguro. 👌